¿clusters o conglomerados? - gestion logistica



¿clusters o conglomerados?



Esa es la pregunta que se hacen algunos especialistas como Alfredo Hualde, profesor del Colegio de la Frontera Norte (Colef), la cual busca responder si a la maquila se le puede ubicar dentro de un modelo de cluster. El diagnóstico no es nada sencillo y la respuesta es, la mayoría de las veces, poco convincente. Esto se debe a que ni la Política de Fomento a la Industria Maquiladora de Exportación —la cual se estableció en 1965— ni el Programa de Industrialización de la Frontera Norte estaban pensados para generar esquemas similares a los de los clusters. Y si bien en 1966 se construye el primer parque industrial en Ciudad Juárez, Chih., provocando que se estableciera en el lugar una empresa maquiladora dedicada al ensamble del televisor, lo que a la postre derivó en un conglomerado que hoy día reúne a compañías como Toshiba, Philips, Thomson, Kenwood y Electrolux, entre otras, no había una política clara de articulación productiva. Caso similar fue el del parque industrial de Nogales, Son., que se fundó en 1968. Ahí, la maquila de productos de plástico tuvo un auge importante desde un inicio, pero las políticas establecidas iban encaminadas a disminuir las importaciones por medio de incentivos fiscales, principalmente. Para 1973 ya había 40 empresas maquiladoras en ese estado, pero la mayoría comenzó a operar de manera independiente y de acuerdo con las pautas que las matrices determinaban desde Estados Unidos (EU), Alemania y Japón.


En ese mismo año se estableció un número importante de ensambladoras en Baja California, sobre todo en los municipios de Ensenada, Mexicali, Tecate y Tijuana. Lo mismo sucedió en otras ciudades fronterizas como Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros. El motivo que llevó a las firmas maquiladoras a emigrar a México fue el encarecimiento de la mano de obra japonesa y las ventajas logísticas que representaba México, por su vecindad con el país vecino del norte; es decir, no hubo una planeación estratégica de integración local, principio básico para transitar a un sistema de clusters. “El desarrollo de encadenamientos locales o regionales es natural, y los casos de éxito dependen, en cierta forma, de aprovechar también las capacidades industriales ya existentes”, señala Kurt Unger en su libro Los clusters industriales en México: Especializaciones regionales y la política industrial.



LA TRANSICIÓN

¿En qué momento comienzan a tener lugar proyectos de articulación productiva similares a la de los clusters europeos o asiáticos? “La formación de éstos ha sido un proceso natural en el desarrollo industrial de México, pero podemos decir que fue en 1994 cuando iniciaron los procesos de formación de clusters, a partir de una metodología de desarrollo industrial impulsada en el estado de Chihuahua. Con el tiempo, esa misma metodología se implantó en diversas regiones de México”, comentó a Manufactura Manuel Alderete. La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las nuevas fórmulas de competencia mundial, de manera particular, en la industria automotriz, fueron propiciando, aunque de forma muy lenta e incipiente en la mayoría de los casos, que se multiplicaran lo que los teóricos de los clusters llaman lazos asociativos entre empresas, como una estrategia de abaratamiento de costos. A la par, y como parte de este nuevo reparto interregional de las tareas de producción, comenzaron a operar esquemas como el de paquete completo, que no es otra cosa que delegar la mayor parte de los procesos fabriles en terceros, originando que los corredores industriales iniciaran un proceso de crecimiento paulatino, ante las expectativas generadas a finales de la década anterior.


Hoy en día, plantas como la de Ford, en Hermosillo, Son., impulsan programas de proveeduría y logística en los estados circunvecinos. Un caso de éxito muy claro es el del cluster automotriz de Saltillo,Coah., donde están concentrados proveedores de primero, segundo y tercer nivel; cámaras empresariales; firmas de servicios; centros de innovación e instituciones educativas y, por supuesto, compañías ensambladoras de vehículos. Algo que vale la pena destacar es que el aprendizaje ha sido fundamental entre los actores que integran este complejo. También ha existido un reacomodo del sector, lo cual se percibe al observar que estados como Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro están captando cada vez más empresas vinculadas a la rama automotriz. Pero en la actualidad los agrupamientos de maquila no sólo se concentran en la frontera norte de México, pues existen entidades donde desde hace algunos años las mismas ensambladoras están haciendo un esfuerzo por generar vínculos de tipo organizacional, por ejemplo, en Chiapas y Yucatán.

En este último estado, las maquiladoras llegaron 20 años tarde con respecto a las del norte y centro del país. La promoción que hizo el gobierno para atraer plantas extranjeras a esta localidad henequera tuvo como cometido abatir el desempleo e impulsar el desarrollo regional, más no integrar la cadena de producción. En este lugar, 70% de las ensambladoras pertenecen a la rama de la confección, situación que es un riesgo para el circuito industrial del estado, dado su poco nivel de diversificación. También hay conglomerados que prometen transitar hacia un esquema de cluster más sofisticado. Por ejemplo, el gobierno del Estado de México ha elaborado, en conjunto con instituciones educativas, proyectos de cluster muy atractivos con los que pretende generar una cadena de valor en la zona, entendida ésta como un sistema interdependiente o red de actividades conectadas por enlaces, los cuales ocurren cuando la manera en que la actividad que se lleva a cabo afecta el costo o efectividad de otras etapas fabriles. La idea de las autoridades de generar un cluster en esa entidad, en 2020, se basa en el hecho de que en la localidad se ubican 23% de las firmas dedicadas a la producción de pistones, anillos, acero, alambre, hule, flechas, bandas y tapetes, entre otros aditamentos para el sector automotor, así como en la posibilidad de que en el mediano plazo la producción de unidades se incremente a consecuencia del levantamiento de las barreras proteccionistas y el desarrollo de un sector de la población con capacidad de compra. El primer anillo estaría conformado por productores de máquinas herramienta, el segundo por empresas intermedias, el tercero por grandes refaccionarias y el cuarto por microrefaccionarias o talleres. En Aguascalientes, el gobierno estatal ha diseñado un plan de “clusterización” similar al del Estado de México. De hecho, el proyecto también está planeado para que inicie operaciones formales en 2020 y, al igual que en el caso anterior, es la industria automotriz la más beneficiada con esta iniciativa transexenal. La apuesta es generar políticas atractivas para empresas fabricantes de equipo original (OEMs, por sus siglas en inglés) y proveedores de primer nivel. En el esquema de planeación industrial también se plantea que participe la rama eléctrico-electrónica, la cual tiene una participación en el Producto Interno Bruto (PIB) manufacturero de 14%. Las compañías que confeccionan máquinas y equipos de fotocopiado, faxes, circuitos integrados, componentes electrónicos, cables y arneses por computadora serían las más beneficiadas. Hasta 2004, la inversión destinada a este proyecto representaba más de 478 mdp.



LO REPLICABLE 

Es fácil percatarnos que la mayoría de los conglomerados nacionales son relativamente jóvenes y que su origen fue hasta cierto punto accidental. Como consecuencia de esto, su despegue o take off responde a encadenamientos poco articulados, circunstancia que hace difícil que las unidades productivas trabajen con modelos productivos estables y eficientes.

Un caso excepcional es el del cluster electrónico de Jalisco, donde el desarrollo de la organización ha estado basado en nuevas tecnologías y en la innovación de procesos y productos. La alianza de pequeñas empresas con compañías grandes como Motorola, Kodak, IBA, Siemens, Hewlett Packard, Philips, Intel y Dell, entre otras, les ha permitido protegerse de los ciclos económicos y de otras contingencias, guiándose bajo el principio de cambiar el paradigma de mano de obra por mente en obra. “La base de este éxito se sustenta en un modelo colaborativo para alta tecnología, donde generadores de conocimiento, empresarios y agentes financieros cooperan de manera estrecha y sistemática en el desarrollo de oportunidades y competencias”, se menciona en un informe de la Cadena Productiva de la Electrónica (Cadelec). El cluster de manufactura electrónica de Jalisco se compone de 380 empresas, 22 firmas de diseño y 100 compañías de software. Si se considera lo que pasa con la manufactura en otras partes del mundo, es probable que en el futuro surjan nuevas unidades productivas que enlacen distintos polos industriales o, bien, se multipliquen procesos spin-off (empleados de grandes firmas ponen su propio negocio y brindan nuevos servicios dentro del cluster).


Ante ello, es importante no perder de vista aquellos elementos que fortalecen las redes empresariales. En primer lugar, como comenta Alderete, debemos saber que no existe un número determinado de plantas manufactureras para decir que se está gestando un cluster, pues esto depende de sus dimensiones y enlaces que vayan teniendo lugar entre las grandes empresas y sus proveedores. Sobre el segundo elemento que debemos considerar, Alderete menciona: “Se debe evaluar un proceso conocido como ‘clusterización’, que consiste en hacer un diagnóstico de las etapas de la formación del cluster en sus diferentes niveles de integración. Y en tercer lugar, se requieren poner en marcha una serie de acciones para formar una infraestructura económica especializada, así como implementar procesos de atracción de inversiones y actividades de alto impacto en el desarrollo económico regional.”

Los corporativos que se integran en esquemas tipo cluster deben saber que la gestión del conglmerado implica destinar tiempo a actividades de cooperación, asumir tareas de dirección, costear proyectos y destinar mucho tiempo a reuniones de seguimiento de metas. Todo indica que los agrupamientos industriales buscarán generar esquemas de integración más sofisticados y eficientes en el futuro, pero esto no quiere decir que todas las maquiladoras en automático pasarán a formar parte de esos esquemas asociativos, pues aunque tienen mucho que aportar en materia de aprendizaje y escalamiento industrial, existen armadoras que prefieren basar su competitividad en mano de obra barata o no compartir conocimientos con corporaciones de primer, segundo y tercer niveles. Como quiera que sea, y bajo cualquier escenario, el gobierno tiene la obligación no sólo de generar certidumbre a las maquiladoras establecidas en México o plasmar en documentos buenas intenciones en lo que a desarrollo regional y política industrial se refiere. En países como Argentina los programas de articulación empresarial, transferencia tecnológica e innovación, simplificación administrativa e impulso de clusters son muy específicos. Este modelo de desarrollo industrial compromete a todos los involucrados y, por tanto, evita que las maquiladoras —las cuales tienen una participación de 50% en las exportaciones, pero, desafortunadamente, son identificadas como empresas nómadas— se comprometan e involucren en la mejora productiva local, a cambio de beneficios inmediatos y palpables, dentro de un esquema ganar-ganar.



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